Segun lo estipulado, las presas se abrirían para abonar al tratado en caso de sobrepasar su nivel de agua máximo ordinario y, según el presidente de la AURECh, Chihuahua tributaría más agua
Venessa Rivas / El Heraldo de Chihuahua
El Acta 331 recién firmada por la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) que modifica el Tratado Internacional de 1944 entre México y Estados Unidos, podría en escenarios específicos representar negativo para Chihuahua, según considera Salvador Alcántar Ortega, presidente de la Asociación de Usuarios de Riego del Estado de Chihuahua (AURECh).
De acuerdo con lo estipulado en el documento, las presas se abrirían para abonar al tratado en caso de sobrepasar su nivel de agua máximo ordinario (NAMO), el cual coincide con el punto más alto del vertedor de los embalses. En este escenario, el presidente de la AURECh considera que Chihuahua tributaría más agua.
Como ejemplo, de acuerdo con cifras de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la presa La Boquilla tiene un nivel de agua máximo extraordinario (NAME), es decir su tope máximo, de casi 3 mil 193 millones de metros cúbicos, mientras que el NAMO es de 2 mil 847 Mm3, por lo que la diferencia de almacenamiento son casi 350 Mm3, lo que significa que el aporte en el escenario de que la presa llegue a su máximo, seguirá siendo muy alto.
No obstante, hay que considerar que el embalse ubicado en San Francisco de Conchos, sólo en una ocasión ha sobrepasado ese nivel en las últimas dos décadas.
Alcántar explicó que la recuperación de la presa más grande de Chihuahua llevará algunos años, pero las previsiones no son alentadoras, sin embargo cuando eso pase, Chihuahua seguirá aportando una gran cantidad de agua. “Yo no veo que esto beneficie a Chihuahua”.
Advirtió que actualmente las presas de Chihuahua se encuentran en uno de los niveles más bajos de la historia, por lo que se avecina una crisis muy fuerte en el sector agropecuario.
Con las modificaciones que se hicieron con esta nueva acta, ya no se realizará el tributo con los escurrimientos que las presas realicen a través de sus vertederos, sino que al llegar al NAMO, que está por debajo del vertedero, se abrirán las presas.
Alcántar considera que el acta no beneficia a la región del río Conchos, aunque se dice que si hay disponibilidad se va a tomar el agua del río San Juan y Álamos y que Estados Unidos tenga donde hacer uso de ella.
Explicó que la esencia del Tratado se cambia porque ahora se usará el agua que está contenida en la presa porque los embalses al llegar al NAMO deben empezar a desfogar el agua.
Don Chava destacó que los agricultores que solo cuentan con agua superficial se van a quedar sin poder regar, es decir, que no tienen una alternativa para la producción.
En la región hay módulos de riego que cuentan con pozos particulares, pero no serán suficientes ni para la sobrevivencia de los perennes.
Hay módulos como el 1 y el 2 que no tienen pozos de las asociaciones de riego y definitivamente no tendrán ciclo agrícola. “Se avecina una crisis muy fuerte en la región que va a impactar directamente a la economía”, dijo Salvador Alcántar.
En la región Centro-Sur más del 80 por ciento de la economía gira en torno al sector agropecuario.
Advirtió que el 2025 será un año muy crítico para el sector agropecuario, por lo que aunque el Gobierno de Chihuahua está haciendo esfuerzos para apoyar a través de apoyos al empleo temporal o forrajes de subproductos agrícolas de maíz y algodón, no alcanza.
“Va a ser mucho muy difícil mantener la situación económica de la región”, dijo el agricultor, quien agregó que el 2025 será un año seco.