CAMARGO. – El padre Armando Guadalupe Sánchez Juárez cumple hoy su 33 aniversario de ordenación sacerdotal, y comparte su alegría con la comunidad en general desde la Parroquia San Isidro Labrador, la cual encabeza desde hace 5 años.
Esta mañana en entrevista, el padre Armando, agradeció el especial cariño de la comunidad en todas partes en la que ha prestado su servicio a Dios. “No cambio ningún día de estos 33 años, todo el trabajo se lo entrego a Dios y le agradezco; que Él siga bendiciendo a la gente que pasa pruebas”.
Compartió que desde el primer momento en el que sintió el llamado para entregar su vida al sacerdocio, Dios le dijo: “El que quiera seguirme, que tome su cruz, que renuncie a si mismo y que me siga”.
Fue a los 19 años cuando el padre Armando Sánchez, originario de Jiménez, ingresó al seminario y a los 28 año logró la ordenación sacerdotal, que lo ha llevado a recorrer gran parte del estado de Chihuahua y varias ciudades de otros estados y de Estados Unidos.
Su inicio como sacerdote fue en la ciudad de Cuauhtémoc, posteriormente estuvo en Camargo como vicario cuando todavía era una sola parroquia.
Posteriormente, estuvo en la Parroquia Nombre de Dios, en la capital del estado; luego en Saucillo y llegó el momento en el que lo nombraron párroco por primera vez en San Francisco de Borja, en donde duró 2 años y enfrentó grandes retos en esa región serrana.
Después llegó como párroco a Coyame del Sotol, en donde estuvo a cargo de esta comunidad durante 6 años, en donde también realizó algunos avances importantes para esta parroquia.
Por un año, estuvo en diferentes ciudades de Estados Unidos, realizando misiones y prestando diferentes servicios, todos reportados ante la Arquidiócesis de Chihuahua.
Al regresar, es enviado como vicario en la Parroquia Santa María Reina, en Chihuahua, en donde estuvo más de un año. Fue ahí cuando llegó a la Parroquia San Isidro, acompañando al padre Baeza durante tres años.
Santa Eulalia fue su siguiente destino, ahora como párroco en esa comunidad, en donde estuvo otros tres años.
Estuvo en Manuel Benavides, en la comunidad de San Carlos, dependiente de la parroquia de Ojinaga. Estuvo con una tarea de unificar esta comunidad y se logró establecer una feligresía comprometida.
Posteriormente estuvo en Jesús Nazareno, como párroco en Ojinaga, donde estuvo dos años y medio, para después ser enviado a Camargo, justo en donde se encuentra actualmente, en la Parroquia San Isidro Labrador.