
La primera fase del ataque no alcanzó el depósito más probable de combustible nuclear iraní de grado cercano a la fabricación de bombas
Israel causó graves daños en una de las principales instalaciones nucleares de Irán y mató a un número alarmante de altos funcionarios militares y nucleares en los ataques que comenzaron el viernes por la mañana. Pero al amanecer de ese devastador ataque, también quedó claro cuánto quedaba del programa nuclear iraní, al menos por ahora.
Los ataques israelíes parecen haber destruido una planta de producción de combustible nuclear en superficie y centros de suministro eléctrico en el mayor centro de enriquecimiento de uranio de Irán, en Natanz. El asesinato de algunos de los principales científicos nucleares iraníes continúa una prolongada campaña israelí dirigida a obtener la experiencia necesaria para construir una bomba. Sin embargo, la primera fase de los ataques israelíes no alcanzó el depósito más probable de combustible nuclear iraní de grado casi explosivo, y esto podría haber sido deliberado.
Ese arsenal se almacena en un vasto complejo a las afueras de la antigua capital, Isfahán, según los inspectores internacionales encargados de medirlo y monitorearlo. Los 100 cazas israelíes y sus enjambres de misiles y drones se mantuvieron alejados de Isfahán en su primera oleada, a pesar de ser uno de los mayores emplazamientos nucleares del país y, según los servicios de inteligencia occidentales, uno de los centros de los programas secretos de investigación de armas de Irán.
