
El hogar de diferentes especies de peces, lugar de descanso para aves migratorias y punto de hidratación para el ganado local quedó reducido a un charco de agua lamosa
Paloma Sánchez
Una devastación hidrológica presenta la presa San Marcos, ubicada en el ejido Las Calabacillas, en la zona norponiente de la zona rural del municipio de Chihuahua, donde el cuerpo de agua luce seco y sólo se aprecia un ligero charco de agua lamosa con plantas y basura junto a la cortina del embalse que era hogar de diferentes especies de peces, lugar de descanso para aves migratorias y punto de hidratación para el ganado local.
En un recorrido por el lugar, se aprecia el daño hídrico en la zona, el lecho de la presa presenta huellas de neumáticos de los vehículos que ahora transitan por donde antes se almacenaba agua, y un grupo de cuatro ejemplares de ganado vacuno buscan agua con desesperación, sin conseguirlo. Otros dos yacen sin vida en el suelo seco y agrietado.
En el extremo norte oriente, a unos metros de la imponente cortina de la presa, debajo de un mezquite han quedado en situación de abandono dos vehículos acuáticos, cuyo funcionamiento sería inútil en el páramo seco: una lancha y una moto acuática, que guardan en su interior los vestigios de una reunión con bebidas embriagantes, por la basura acumulada de botellas y cartones que se acumulan entre los fierros.
Es de destacar que en la zona baja de la cortina, por la esquina suroriente, sigue brotando un hilillo de agua que alimenta la acequia que conecta con las huertas nogaleras que hay en la zona, y donde un pequeño bosque de álamos y mezquites se mantiene con las hojas verdes. Desafortunadamente, unos metros hacia el este, la acequia se observa sin agua, por la evaporación y la escasez del vital líquido.
El acceso
El ejido de Calabacillas se encuentra enmarcado por unas altas formaciones rocosas, con figuras caprichosas talladas por el tiempo y la erosión, que anuncian a los visitantes las maravillas que se pueden observar a unos kilómetros de ahí, en el Parque Nacional de Majalca.
El camino desde la ciudad de Chihuahua es de aproximadamente una hora y 20 minutos, tomando la carretera a Ciudad Juárez, e ingresando por el camino hacia ejido Ocampo. A partir de la exhacienda del Torreón, se abandona el camino pavimentado, e inicia un serpenteante camino de terracería, con espinas de mezquite a los costados, huertas de nogales que sobreviven con el agua de los pozos, tramos por los escabrosos lechos de arroyos que otros días llevaban agua, y que también están totalmente secos, como la presa San Marcos.
Pérdida ecológica
Las aguas de la presa San Marcos proveían de una fuente de hidratación a las especies endémicas y aves migratorias que en su travesía visitaban el lugar; además de ser un aguaje para los ejemplares de ganado de los habitantes cercanos.
Además, era un lugar para la práctica de pesca deportiva, donde habitualmente acudían los pescadores para atrapar peces de diferentes especies, entre ellas, de pez carpa, que después de ser pesados y medidos, se devolvían a su hábitat para continuar con el balance natural del cuerpo de agua.
También hubo avistamientos de familias de venado cola blanca, diferentes tipos de serpientes, como la de Cascabel, pecaríes, y algunos felinos que descendían de las altas formaciones rocosas, para hidratarse en las aguas del embalse.
