
Camargo, Chih. – El reconocido ganadero camarguense Beto Solís alzó la voz sobre la crítica situación que enfrenta actualmente el sector ganadero en la región, la cual se encuentra asfixiada por los prolongados efectos de la sequía y, más recientemente, por nuevas restricciones en la exportación de ganado.
“Ya son más de tres o cuatro años de sequía continua, y cada vez se complica más mantener el ganado en condiciones óptimas”, expresó Solís en entrevista. La falta de lluvias ha secado los campos, encarecido los insumos y dificultado el acceso al alimento natural para las reses. Esto ha generado un aumento considerable en los costos de producción para los ganaderos locales, quienes ahora dependen de forrajes y suplementos cada vez más costosos.
Pero a este panorama se le suma un nuevo obstáculo: el gobierno de Estados Unidos ha impuesto restricciones a la exportación de ganado mexicano, debido a la detección del gusano barrenador del ganado en el sur del país. Aunque el problema no afecta directamente a la región de Camargo, la medida impacta de forma generalizada al comercio ganadero nacional, limitando uno de los canales más importantes de comercialización para los productores locales.
Ante este panorama adverso, Solís no pierde la esperanza. “Tenemos fe en que esta temporada lleguen las lluvias, porque si no hay agua, no hay pasto, y sin pasto no hay manera de mantener a los animales”, afirmó. La llegada de precipitaciones no solo permitiría la recuperación de los pastizales, sino también podría aliviar los costos de alimentación y mejorar las condiciones generales del hato ganadero.
El llamado de los productores es claro: se necesita apoyo y atención urgente a las condiciones del campo. Mientras tanto, la fe y la resiliencia siguen siendo las principales herramientas del ganadero camarguense frente a una crisis que, lejos de ceder, se profundiza con el paso del tiempo.
