
La comunidad de El Espinal, en el municipio de Elota (Sinaloa), fue escenario de un violento enfrentamiento entre “Los Chapitos” y “Los Mayitos”, dos facciones rivales del Cártel de Sinaloa. La refriega, que duró alrededor de dos horas, involucró armamento de alto poder (incluidos fusiles Barrett calibre .50 y rifles AK-47) y superó en potencia al propio equipo del Ejército. Según reportes periodísticos, el choque dejó al menos ocho personas muertas y varios vehículos incendiados, además de generar terror entre los pobladores. Las fuerzas federales desplegaron un operativo en la zona, datos oficiales señalan el decomiso de 430 cartuchos y equipo de protección balística en operativos recientes. Hasta el momento, la Fiscalía General de Sinaloa mantiene abiertas las investigaciones del caso y no se descartan más detenciones.
Las facciones involucradas surgen de la lucha por la sucesión al interior del Cártel de Sinaloa. “Los Chapitos” agrupan a los hijos y allegados de Joaquín “El Chapo” Guzmán, mientras que “Los Mayitos” o “La Mayiza” reúne a los hijos y leales de Ismael “El Mayo” Zambada. La pugna entre ambos bandos se remonta a septiembre de 2024, cuando informes aseguran que la presunta entrega de “El Mayo” a Estados Unidos motivó una breve tregua. De hecho, el exnarco convertido en influencer Camilo Ochoa reveló que Iván Archivaldo Guzmán (lider de Los Chapitos) e Ismael Zambada Sicairos (“Mayito Flaco” de La Mayiza) sostuvieron una reunión pactando no atacarse tras la captura de El Mayo. Sin embargo, ese acuerdo se quebró poco después y la violencia interna se intensificó.
En ese contexto, se formó un grupo armado leal a “El Mayo” apodado “Las Flechas MZ”, integrado por unos 300 jóvenes con entrenamiento militar. Se reporta que llevan fusiles AR-15, rifles Barrett .50, AK-47, drones explosivos y vehículos artillados. Mientras tanto, la fricción entre Chapitos y Mayos ha desatado una ola de violencia que suma cientos de homicidios dolosos en Sinaloa. Las autoridades estatales han advertido que la guerra interna del cártel es un desafío crítico de seguridad en la región.
La disputa delictiva también ha permeado el ámbito digital. En enero de 2025 se documentó un caso paradigmático: avionetas sobrevolaron Culiacán lanzando panfletos que vinculaban a 25 artistas, influencers y músicos con “Los Chapitos”. Entre los señalados estaban Mayve Castro y Ana Gastélum, dos creadoras de contenido populares en redes, acusadas de colaborar con el grupo criminal. Los volantes acusaban a estas figuras de “lavado de dinero” y de ser “colaboradores cercanos” de la facción, instando a la población a dejar de seguir sus canales para “no financiar” al cártel.
Los medios de comunicación locales han reportado también una serie de asesinatos de influencers atribuidos a esta guerra narco. Al menos cuatro creadores de contenido sinaloenses han perdido la vida durante los últimos meses, entre ellos el hermano del conocido Markitos Toys, presuntamente por sospechas de vínculos con el crimen organizado. Estas ejecuciones han conmocionado a la opinión pública y evidencian la creciente relación –y los riesgos– entre redes sociales y las luchas internas del cártel.
Ante estos hechos, las autoridades federales informaron que reforzaron la presencia militar y de Guardia Nacional en Elota. La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) detalló en comunicados recientes el aseguramiento de armas de fuego largas, cientos de cartuchos, cargadores y chalecos tácticos en diversas acciones operativas. El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, programó incluso una visita a la región para reforzar la estrategia de seguridad. Sin embargo, funcionarios reconocen que la violencia interna en el Cártel de Sinaloa –que ha convertido a municipios como Elota en zonas de alto riesgo– representa un reto mayúsculo.
