El objetivo, señaló, es que cuando mucho, permanezcan en estos centros alrededor de una semana
Rolando Herrera / Agencia Reforma
Ciudad de México.- De ocurrir una deportación masiva de migrantes a partir del 20 de enero con el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca, el estado de Chihuahua no se convertirá en un albergue, sino que se dará atención a la población retornada y se ayudará para que regrese a sus lugares de origen, aseguró ayer la Gobernadora de esa entidad Maru Campos.
Entrevistada en el marco del Encuentro Nacional Municipal, la Mandataria informó que en su estado se instalarán alrededor de 25 centros de procesamiento desde donde se enviará a los deportados, nacionales o extranjeros, a las localidades de donde partieron.
«A todos los migrantes, lo sabemos como gobierno humanista, tenemos que respetar su dignidad y tenemos que respetar su persona, pero bueno, nuestros estados o el estado de Chihuahua no es un albergue para los migrantes», señaló.En estos centros de procesamiento, explicó, se les recibirá, se les identificará, se le otorgará la ayuda que necesiten y serán transportados hacia sus destinos dentro del país.
El objetivo, señaló, es que cuando mucho permanezcan en estos centros alrededor de una semana.