Padres, hijos, nueras y nietos, vivieron días de terror; drones los seguían y lanzaban explosivos al ganado de la comunidad
Marcos Merendón
Una familia completa fue desplazada de la comunidad de Dolores, en el municipio de Guadalupe y Calvo, luego de que un grupo armado les diera un ultimátum: abandonar su hogar o enfrentar la muerte. Los patriarcas junto con sus hijos, nueras y tres nietos, vivieron días de terror antes de huir a pie, dejando atrás su hogar y pertenencias.
Según narraron, desde días antes de la amenaza directa, un dron comenzó a seguirlos mientras realizaban sus actividades diarias, generando incertidumbre entre los pobladores. “El avioncito nos seguía, pero no sabíamos qué estaba pasando. Pensé que sería solo vigilancia, pero luego llegaron más drones”, relató el jefe de familia. Posteriormente, los artefactos comenzaron a lanzar explosivos sobre los animales de la comunidad, provocando la muerte de ganado y dejando a muchas familias sin sustento.
“Perdimos a nuestros animales. Intentamos rescatar algo de carne, pero las bombas destruían casi todo”, contó la madre de familia. La violencia escaló hasta que camionetas y hombres armados ingresaron al pueblo, lanzando advertencias a los vecinos. “Nos dijeron que si no salíamos, nos iban a matar. Fue entonces cuando decidimos huir”, agregaron.
Sin vehículo para escapar, la familia inició su recorrido a pie por caminos de terracería, bajo el miedo constante de ser perseguidos. Tras varias horas, alguien les ofreció un aventón, lo que les permitió llegar hasta Parral. Sin embargo, no fueron los únicos desplazados: alrededor de 40 personas abandonaron Dolores ese mismo día.
Ya en Parral, la familia consiguió un lugar temporal para refugiarse, pero carecen de recursos para subsistir. Familiares y conocidos han estado recolectando ropa y comida, pero las necesidades superan la ayuda disponible. “Salimos con lo que traíamos puesto, sin saber a dónde ir ni qué hacer”, expresó la madre con desesperación.
La Fiscalía General del Estado confirmó que los desplazamientos son resultado de enfrentamientos entre grupos delictivos que disputan el control de la región de Guadalupe y Calvo, uno de los municipios más golpeados por la violencia en Chihuahua, ha sido escenario de constantes conflictos armados.
Instituciones de Derechos Humanos han intervenido para brindar apoyo a las familias afectadas. Sin embargo, los desplazados enfrentan una crisis humanitaria que exige mayor atención por parte de las autoridades estatales y federales.
Mientras tanto, esta familia intentan adaptarse a su nueva realidad. “Lo único que queremos es seguridad y un lugar donde empezar de nuevo. Dejamos nuestra vida atrás, pero no podemos perder la esperanza”, concluyeron.