Albergues migrantes de la frontera norte lucen llenos de extranjeros nerviosos que esperan definir su situación previo al arribo de Trump
Mauro de la Fuente/Miguel Domínguez y Rolando Chacón/Agencia Reforma
Matamoros.- Antes de la elección presidencial de Estados Unidos del pasado 5 de noviembre, los albergues para migrantes de la frontera de Tamaulipas y Coahuila con Texas lucían semivacíos.
Los directores de las casas de migrantes explicaban entonces que los espacios se habían descongestionado porque el Gobierno del Presidente demócrata Joe Biden había creado una ruta legal y clara para pedir asilo humanitario, además de que México reforzó los controles desde su frontera sur.
Ahora, estos centros en Matamoros, Reynosa, Saltillo y Piedras Negras están llenos de extranjeros nerviosos, ante las políticas del Presidente electo estadounidense Donald Trump de cerrar la frontera a la migración desde el primer día de su Administración, que arrancará el 20 de enero.Con la política de asilo de Biden, explicaron los encargados de los albergues, los migrantes podían realizar su trámite por internet y sólo acudir a algún puente fronterizo cuando llegara la fecha de su cita.
Así, la mayoría de los extranjeros optó por esperar en el interior de México, donde encaraban menos riesgos ante el crimen organizado.
Actualmente, detallaron, se registra un repunte con la llegada de cientos de migrantes que no tienen cita y están a la expectativa de poder ingresar a EU antes de que el republicano asuma funciones en la Casa Blanca.»Muchos están llegando sin cita, con la creencia de que pueden pasar», dijo Francisco Gallardo, coordinador de la Pastoral de Movilidad Humana, encargada de las casas de migrantes católicas en Matamoros y Reynosa.