Amparo mantiene detenida la orden de aprehensión contra agresor por intento de feminicidio
Alejandra Sánchez | El Diario
Chihuahua, Chih.- «De la ilusión llega la decepción», dijo la señora Yubia Alarcón, madre de Mya Villalobos Saldaña, que fue apuñalada por su exnovio Erick B. C. en octubre de 2022, el cual pese a estar sentenciado a prisión, permanece en reclusión domiciliaria gracias a un amparo que no ha sido resuelto.
“Es muy decepcionante, la justicia está pésima. Acabamos de salir de los juzgados federales y nos dicen que hasta enero turnan para que hagan el proyecto y lo revisen los tres magistrados; entonces estamos a un año de este amparo ridículo. Es decepcionante eso y es muy lamentable”, externó Yubia.
En ese mismo sentido, la presidenta del Centro de Atención a la Mujer Trabajadora, Martha González, dijo entender los estados de ánimo que ha tenido la camarguense a lo largo de este proceso.
“Ella quisiera ya no hacer nada y luego llega este estado emocional que afecta a las víctimas, ese hartazgo de estar sin respuestas y de no tener acceso a la justicia, y para nosotras como defensoras de derechos humanos nos atraviesa todo este proceso”, señaló la activista.
El reclamo surge debido a que un Tribunal Federal no ha resuelto el amparo que promovió Erick B. C., lo que provoca que la camarguense no tenga acceso a la justicia.
Mya Saldaña fue agredida en octubre de 2022 y a dos años del ataque, el sentenciado por los delitos de violencia familiar y lesiones graves tiene la medida de arraigo domiciliario.
Sin embargo, la mamá de Mya dijo que aunque el atacante no debería de salir de su vivienda, éste continúa tomando clases de Derecho en una universidad de Delicias y “vive su vida como si no hubiera cometido las agresiones”.
“Él está como si nada, quiere ser abogado, imagínense, así está la impunidad”, externó Yubia Alarcón.
El año pasado, Erick fue condenado a tres años y ocho meses de internamiento en el Centro de Reinserción Social para Adolescentes Infractores (Cersai) en la ciudad de Chihuahua y a un año y seis meses de libertad asistida, es decir, tendrá que recibir terapias psicológicas durante ese período, pero el amparo lo protege.