Hombres dedicados a la agricultura y ganadería en pequeña escala, “Los Leones de San Pablo” se sumaron a las fuerzas de Francisco Villa tras la muerte del presidente Francisco I. Madero
En la sección más antigua del panteón municipal de Meoqui reposan los restos de los coroneles Silverio Tavárez y Emilio Salgado, quienes formaron parte del grupo de revolucionarios villistas conocido como “Los Leones de San Pablo”, bautizados así por la bravura que demostraron durante la lucha armada que inició el 20 de noviembre de 1910 y cuyas hazañas fueron llevadas al cine.
Hombres dedicados a la agricultura y ganadería en pequeña escala, “Los Leones de San Pablo” se sumaron a las fuerzas de Francisco Villa tras la muerte del presidente Francisco I. Madero, asesinado por órdenes del usurpador Victoriano Huerta, según refirió el profesor Francisco González, expresidente de la Sociedad de Estudios Históricos de Meoqui.
Recordó que algunos de los meoquenses integrantes del grupo de revolucionarios fueron Silverio Tavárez, Emilio Salgado, Domingo Colomo, Jesús Saldívar, entre otros que reclutó el general Francisco Villa para engrosar las filas de la División del Norte y enfrentar al Ejército Federal.
Algunas de las batallas donde lucharon los revolucionarios meoquenses fueron las de Torreón y Zacatecas, donde se distinguieron por su singular valentía y fiereza. Fue por ello que recibieron el mote de “Los Leones de San Pablo”, señaló el profesor González, recordando que el nombre original del pueblo de Meoqui era San Pablo.
“Entonces, sus batallas los hacen ser reconocidos con ese nombre que ha perdurado a través del tiempo y, bueno, aquí los líderes de ese movimiento, de esa agrupación, que pertenecían a los Dorados de Villa… todos ellos eran coroneles, salvo uno que llegó a general, que fue Francisco Portillo, aunque se comenta que él tenía raíces de Aldama y se casó aquí en esta región, en Meoqui- Rosales, y aquí duró viviendo muchos años”, destacó el entrevistado.
Afirmó que las hazañas de “Los Leones de San Pablo” fueron retratadas por el cine nacional, en la película “Vámonos con Pancho Villa”, dirigida por Fernando de Fuentes en el año de 1936.
“Los detalles que se observan en la película, donde fueron reclutados y que se desarrollan las batallas, vienen en algunas de ellas. Por ejemplo, donde quitan una ametralladora a caballo de silla y logran que penetre la caballería, porque esa ametralladora detenía el avance de la caballería y lo lograron hacer así. Y otra donde van y en la noche les van a hacer una faena muy peligrosa y abren un boquete en una pared, y logran entrar a la guarida donde están los federales y logran tomar Torreón, y Zacatecas y cosas de ese tipo”, señaló.
Sin embargo, a diferencia de la historia narrada a través del celuloide, donde casi todos los “leones” terminan muertos durante la guerra, la mayoría de ellos volvió a sus hogares, con sus familias. Al único que alcanzó la fatalidad fue a Emilio Salgado, quien fue asesinado en una emboscada afuera de su casa, resaltó Francisco González.
La tumba de Silverio Salgado se encuentra actualmente en la sección Siglo XIX del panteón municipal de Meoqui, cerca de donde reposan los restos de Silverio Tavárez, de quien en vida era cuñado.
Como homenaje a la memoria de los revolucionarios, este martes 19 de noviembre se proyectará en la sala de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento de Meoqui la película “Vámonos con Pancho Villa”, para que la gente del municipio conozca las proezas de “Los Leones de San Pablo”.