La presidenta Claudia Sheinbaum reiteró hoy su postura en contra de la pena de muerte, destacando que, aunque existen delitos graves en el país, el castigo capital no es la solución.
Por: Tiempo
«Yo no creo en la pena de muerte», declaró la presidenta, recordando que esta ha sido una postura histórica en México, arraigada desde los tiempos de los liberales mexicanos que abogaron por los derechos humanos y la justicia sin recurrir al castigo extremo. «Es algo que viene desde hace muchos años en nuestro país, es parte de los liberales mexicanos», señaló, refiriéndose a una tradición de pensamiento en la que se defiende el respeto a la vida y la dignidad humana, incluso en casos de crímenes graves.
En este sentido, Sheinbaum recordó que, aunque existen delitos que deben ser tratados con máxima seriedad, como los casos de violencia familiar y abuso infantil, el castigo de la pena de muerte no es compatible con el marco legal y ético del Estado mexicano.
Si bien Sheinbaum se mostró firme en su rechazo a la pena de muerte, también enfatizó la necesidad de aplicar sanciones penales severas para los delitos más graves, particularmente aquellos relacionados con la violencia familiar y el abuso contra niñas y niños. «Sí creo que hay delitos que deben considerarse delitos graves, y en particular, en estos casos de violencia familiar y violencia contra las niñas y los niños, tiene que haber ambos temas: la sanción penal y también la atención a las causas», explicó.