Han pasado cinco años desde que la familia LeBarón sufrió una de las peores tragedias vinculadas a la violencia que se vive en México por grupos criminales. En un ataque brutal en los límites de Sonora y Chihuahua, tres mujeres y seis niños fueron asesinados el 4 de noviembre de 2019 mientras viajaban en tres vehículos.
La masacre conmocionó a México y Estados Unidos, donde la familia tenía raíces y una presencia significativa. Hoy, nuevos testimonios de uno de los sicarios involucrados arrojan luz sobre un error que desató la tragedia y revelan las complejidades de la disputa territorial entre cárteles en esta región clave de la Sierra Madre Occidental.
El ataque ocurrió en una zona montañosa de la Sierra Madre Occidental, donde la falta de presencia estatal y la cercanía con Estados Unidos la han convertido en un corredor estratégico para el tráfico de drogas y personas. Los caminos rurales que atraviesan esta región permiten el paso clandestino de cargamentos ilícitos, lo que ha vuelto a esta área un objetivo de guerra para los cárteles.