Presas binacionales del Río Bravo se encuentran en estado crítico al grado que abasto para la población y la agricultura está comprometido
Mauro de la Fuente/Miguel Domínguez y Benito López
Ciudad de México.- México no sólo debe el 76 por ciento de su cuota de agua a Estados Unidos, líquido que debe liquidar en máximo un año, sino que también carece de reservas para cubrir el adeudo.
Luego de años de sequía, las presas binacionales La Amistad y Falcón, ubicadas sobre el Río Bravo en la frontera de Coahuila y Tamaulipas con Texas, respectivamente, se encuentran en estado crítico al grado que el abasto para la población y la agricultura está comprometido.
En contraste con Nuevo León y la mayoría de Tamaulipas, que desde la tormenta «Alberto» de finales de junio pasado han tenido lluvias récord que aliviaron la prolongada sequía, la cuenca del Río Bravo no se benefició de estas precipitaciones.En una muestra de esta situación, la Presa La Amistad, en el municipio de Acuña, Coahuila, tenía un 13 por ciento de almacenamiento y la Presa Falcón, en Guerrero, Tamaulipas, contaba con un 10.5 por ciento de llenado, de acuerdo con el reporte de la Conagua.
En los dos últimos años, las ciudades del Valle Sur de Texas se han mantenido en el Nivel 2 de restricciones en el uso del agua, lo que se detona cuando las presas binacionales caen por abajo del 25 por ciento de almacenamiento.
Aunque hasta el momento no se han aplicado cortes de agua potable a la población, el estado de emergencia demanda al consumidor no usar el líquido en el exterior a chorro abierto para regar jardines, lavar vehículos y otras actividades durante el día.Entre las ciudades que aplican estas restricciones están McAllen, Mission y Edinburg, todas ubicadas en el Condado de Hidalgo, que aplica multas de cientos de dólares si se incumplen las disposiciones.
La situación se aplica también a las ciudades del vecino Condado de Cameron, cuyas principales ciudades son Brownsville y Harlingen.Del lado mexicano, las ciudades fronterizas de Tamaulipas, como Reynosa, Nuevo Laredo y Matamoros, y que tienen el 50 por ciento de la población del estado, han tenido que racionar el agua, incluso, hasta con cortes del servicio.»Matamoros sigue estando en semáforo rojo, al igual que el resto de los municipios que se encuentran en la zona norte de Tamaulipas, pues no hay suficiente agua en las presas que abastecen a esta ciudad», indicó Marco Antonio Hernández, gerente general de la Junta de Aguas y Drenaje de Matamoros (JAD).La crisis se ha extendido a las actividades agropecuarias en ambos lados de la frontera, una de las zonas más productivas.Sonia Lambert, gerente general del Distrito de Riego Número 2 del Condado de Cameron, explicó que la falta de lluvias abundantes y el calor intenso provocó que la sequía se acrecentara.»Nuestro balance de agua para el distrito de irrigación se está agotando», lamentó.»Tenemos una condición de sequía en el área y también niveles bajos de embalses».En Tamaulipas, Jorge Luis López, presidente del Consejo Agropecuario estatal, adelantó que seguramente habrá productores que pierdan el ciclo agrícola.Paradójicamente, mientras las presas binacionales están sin agua, otros embalses cercanos, como El Cuchillo, de Nuevo León, y la Marte R. Gómez, de Tamaulipas, están llenos a tope y desfogando agua, que termina en el mar ante la falta de infraestructura que la retenga en el bajo Río Bravo.